martes, 3 de abril de 2012

UK ¿país de vanguardia en sustentabilidad o no?

Hace tiempo que tengo en mente escribir sobre esto y el viernes pasado asistí a un evento que agrega al tema, así que mejor de una vez y es posible que este post sea un poco largo.

Cuando buscaba un lugar para hacer el doctorado evidentemente tenia el objetivo de ir a un país donde los temas de sustentabilidad y cambios de habito de consumo estuvieran a la vanguardia, de lo que me pude enterar en mis búsquedas por Internet y charlas con amigos me quedó claro que Suecia, Finlandia, Noruega, Holanda y el Reino Unido están entre los mas avanzados, más aún que Estados Unidos o Japón.

Una vez que tuve la opción de venir a Newcastle investigué un poco más y me enteré que la ciudad, por decisión gubernamental, tiene el objetivo de ser la primera ciudad en el Reino Unido con cero emisiones de carbón; el grupo de investigación al que me uní se llama “High value low carbon”, todo pintaba para encontrarme en el paraíso.

Al llegar me encontré con algo muy distinto a lo que esperaba y me refiero en primer termino a los hábitos de la gente en pequeñas cosas del día a día, que sumadas, me hacen comprender porque el impacto tan grande de las sociedades de primer mundo.

Las primeras cosas fueron relacionadas a los edificios, en la gran mayoría tiene puertas giratorias y puertas asistidas por motores eléctricos, originalmente pensadas para las personas en sillas de ruedas, tienen botones claramente señalizados y a alturas especiales para estas personas. Sin embargo prácticamente todos usan las puertas automáticas en lugar de las giratorias que evidentemente debes empujar tu. El esfuerzo me parece mínimo, pero la pereza es mucho mayor.


Otro tema es la calefacción, primero estuve en un pequeño hotel y aunque estábamos en septiembre y había un clima estupendo, la calefacción estaba encendida al grado de tener que abrir la ventana porque me estaba asando. Pensé que sería un caso raro, para después ver que en el edificio de la escuela de diseño pasa exactamente lo mismo, en un día bonito con buena temperatura la calefacción no se apaga y las ventanas están abiertas sino la gente se cuece en su propio jugo.

Otros detalles mas: luces potentes que iluminan el edificio encendidas durante el día, prácticamente inexistentes generadores eólicos o solares, se ven dos o tres nada mas en toda la ciudad, etc.


Un tema impresionante es la cantidad de comida procesada, la gran mayoría de la gente compra las comidas industriales ya listas solo para meter al horno; es posible que sea más eficiente en términos energéticos, preparar una super cacerola gasta menos gas que sumando cada quien cocinando en su casa, pero cuando sumas el transporte, el empaque y los daños de la comida industrial a la salud (exceso en sal, toneladas de conservantes, amorales cantidades de azúcar y grasa) la cosa cambia mucho.

Por otro lado me queda claro que mucho de estos gastos energéticos son necesarios debido al clima, simplemente no me imagino vivir en este lugar sin calefacción (es increíble como el cuerpo se prepara para el invierno, en noviembre me daban ganas de comerme la mantequilla a mordidas, comía como troglodita y no subí ni un solo gramo, ahora que el frío fuerte ya pasó las preferencias indudablemente se orientan a verduritas y cosas más ligeras). Pero en general veo una actitud muy laxa en cuanto al ahorro y la disminución de la huella de carbón.

He asistido a varios seminarios de investigación donde regularmente surgen estos temas y podría aventurarme a decir que prácticamente todos están trabajando hacia la adaptación al cambio climático (entiéndase por esto el impacto que tendrá en la población mundial las extremas variaciones de temperatura en cuanto a la producción de alimentos (desertificación, acidificación, salinización, escasez de fósforo y nitrógeno, entre otros) y el acceso a agua potable, principalmente), en lugar de buscar medios para contrarrestarlo; un poco pesimista la posición si quieren, pero también clarificadora de la realidad, la gran mayoría de los ciudadanos del primer mundo por nada disminuirán su nivel de vida y por consiguiente su nivel de consumo de recursos. También prácticamente toda la literatura consultada hasta ahora menciona que si la población del tercer mundo desapareciera, aún así el consumo del primer mundo se mantendría en un nivel de insostenibilidad, esto queda claro al ver que el 20% de la población mundial más rico consume el 80% de los recursos.

Pero la cosa se poner aterradora cuando vemos que todo el tercer mundo aspira a lograr el nivel de vida del primero y el dilema es que tienen todo el derecho de hacerlo, pero eso acelerará los problemas a niveles extremadamente críticos, gran trabuco sin duda. Aquí hago referencia a la pregunta ¿cuanto es suficiente? en términos de ingreso y consumo para lograr un nivel mínimo de bienestar, ya esta evidenciado que después de un cierto nivel de ingreso la calidad de vida no mejora. La siguiente imagen muestra la relación del Human Development Index, desarrollado por la ONU y el ingreso per capita, se puede ver claramente que después de los $8,000 o $10,000 usd de ingreso anual poco mejora tu calidad de vida.


Fue todo esto que me dejó una sensación de desengaño ante la esperada vanguardia de este país, yo esperaba ver cosas ya aplicadas y gente más comprometida y no es que no la haya, pero es como en otros lugares, son algunos cuantos conscientes haciendo lo que pueden, en lugar de la gran masa de gente haciendo lo que es necesario, si no logramos esos números los esfuerzos son en vano.

Así pues el viernes pasado (27 de marzo 2012) asistí al seminario “e-mobility” organizado por los países de la cuenca del mar del norte. La reunión giró en temas relacionados a la aceleración en la adopción de vehículos eléctricos en la región con miras a disminuir sus huellas de carbón.

Específicamente se habló de baterías, que hasta ahora, en la mayoría de los especialistas es el reto a vencer, lograr una autonomía energética similar a los vehículos de combustión hasta ahora limitada por la capacidad de almacenamiento de nuestra tecnología en baterías.

Justamente el primer tema a tratar fue que las baterías son solo eso, un sistema de almacenamiento, el problema poco se soluciona si generamos la electricidad con combustibles fósiles. Según las estadísticas de la International Energy Agency en el 2009 el mundo generaba su electricidad de estas fuentes:

39.3% carbón

21.7% gas

16.8% hidroeléctrica

13.6% nuclear

5% petróleo

1.4% eólica

1.1% con biocombustibles

0.3% incineradoras

0.3% geotérmica

0.1% paneles fotovoltaicos

menos del 0.1% de solar térmico y marea.

Se habló de las barreras que encuentran los vehículos eléctricos para entrar en el mercado, en un reporte para la WWF de Escocia la agencia Atkins creó una tabla donde muestran que los puntos mas difíciles están directamente relacionados con la capacidad de las baterías.

El Dr. Sjoerd Bakker de la Universidad Tecnológica de Delft nos dio una charla muy interesante sobre el manejo de las expectativas del consumidor, del individuo y las colectivas que no son las mismas, nos advirtió de la generación de decepciones y que las expectativas son generadas siempre apoyándose en el desempeño y actuación en el pasado.

La Dr. Gentili de la compañía Axeon nos dio una cátedra sobre baterías de Litio, después tuve oportunidad de hablar con ella y se me ocurrió preguntarle cuanto litio había en el mundo, si alguien sabia de que tamaño era el negocio, a lo que ella simplemente respondió, “muy grande, hay mucho, para muchos años”. “Mucho” es brutalmente impreciso, “mucho” pueden ser 10, 1000 o millones de años, en términos financieros probablemente “mucho” puedan ser tan solo 5 años.

Así que me puse a investigar, las reservas probadas del planeta son de 13,000,000,000 kg, principalmente en yacimientos en Chile y Bolivia. El consumo del 2008 fue de 25,400,000 kg con un crecimiento en el consumo promedio anual de 3%; el litio se usa para muchas cosas, principalmente para producir vidrio y cerámica, la fabricación de baterías tiene el segundo lugar con un 27% del mercado. Así que haciendo un poco de números y evidentemente asumiendo que el ritmo de consumo no varíe y dada nuestra tecnología actual, tendríamos Litio para vehículos eléctricos para 57 años. Este numero es solo una referencia, las cosas pueden cambiar mucho, el consumo se puede disparar y los 57 años serían mucho menos o la tecnología seguramente mejorará y necesitaremos menos litio por kilowatt en las baterías, lo que haría que los 57 años se hicieran muchos más, pero también pueden pasar ambas cosas.

Se habló de nuevas tecnologías de telemetría, especialmente la impresionante compañía Smith, que en cada vehículo que venden incorporan censores que mandan hasta 2500 señales por segundo y pueden detectar un problema en uno de sus vehículos inclusive antes de que deje de funcionar, mejorando el servicio al cliente de manera impresionante al mismo tiempo que reducen costos.

Nos mostraron el increíble caso de la ciudad de Peachtree en Georgia USA, donde de manera informal surgió un sistema de transporte con infraestructura estupenda, todo organizado por los vecinos del lugar.

Una de las charlas que fue particularmente interesante la impartió el Dr. Colin Herron de la compañía Zero Carbon Futures. Dicha compañía fue contratada por Nissan, que tiene una planta de producción enorme cerca de Newcastle en la ciudad de Sunderland, y que comenzará a producir el vehículo eléctrico Leaf.

Nissan esta interesada en entrenar a su gente a construir vehículos eléctricos, hay un sin fin de detalles que los diferencian de los vehículos de combustión y que debe ser tomado en cuenta, pero no solo, Nissan también, inteligentemente, comprendió que para que su producto sea exitoso debe crear el contexto adecuado, así que planean también entrenamiento para bomberos, talleres mecánicos y todos aquellos profesionales que en algún momento tengan que lidiar con un vehículo eléctrico sepan hacerlo; el caso mas sencillo de explicar es el de los bomberos, si un vehículo eléctrico choca, ¿que hay que hacer? ¿te preocupas primero del pasajero o de las baterías? La respuesta inmediata podría ser el pasajero, pero las baterías pueden derramar liquido altamente tóxico o inclusive estallar y el daño sería mucho mayor, o en caso de fuego ¿lo apagas con agua?

Entonces Zero Carbon Futures junto con Nissan, gobiernos locales, otras autoridades y grupos sociales están desarrollando todo este contexto necesario. Ahora me pregunto, en países como México que el Toyota Prius ya se vende, los bomberos ¿sabrán como actuar contra un posible choque y/o incendio de un vehículo con baterías de litio?

En este momento me quedó claro que aunque aún no se ve esa vanguardia, están trabajando fuerte para que en poco tiempo veamos esa masa de gente haciendo lo que es necesario, no pequeños grupos haciendo lo que pueden. Sin duda son razones para tener esperanza en un futuro mejor, al menos en un inicio. Hay muchas cosas que se deben mejorar, hay mucho trabajo por hacer, se que en estos momentos el mundo esta muy revuelto y que especialmente los jóvenes no ven por donde encontrar un futuro, yo desde donde estoy veo tantas oportunidades, tantas cosas que se deben hacer que es abrumador.

Al final hubo un cierre con comentarios y yo no pude quedarme callado, comenté que veía todavía una fuerte tendencia hacia el reduccionismo (one size fits all), que yo creo que hay una enorme oportunidad de negocio y de ahorro de recursos si desarrollamos productos más personalizados y potenciando más el desarrollo local, que no es un problema tecnológico, es un problema de modelo de negocios.

El moderador era nada mas y nada menos que el alcalde de la ciudad, y a mi comentario él dijo: somos seres irracionales, si le preguntas a la gente que quiere todos te dirán que un Ferrari, hacemos siempre elecciones irracionales, al mismo tiempo, los más rudos hombre de industria presentes asentían con la cabeza. Me quede con la boca abierta, me parece difícil de creer pero así fue, nos ven como ganado, no como seres pensantes y si así es, entonces, ya lo dijo Steve Jobs: la gente no sabe lo que quiere, quiere lo que conoce; será siempre, les guste o no, responsabilidad de quienes ponemos productos en la calle el impacto que estos tengan.