martes, 31 de enero de 2012

PhD ok si, pero ¿Para qué?

Los problemas de sustentabilidad ambiental, social y económicos que aquejan al planeta son muchos y muy complejos, yo soy uno de esos diseñadores que no cree que el diseño vaya a salvar a la humanidad, pero sí creo que podemos hacer una buena contribución y tenemos la responsabilidad de hacerlo.

Dicho lo anterior me enfocaré a lo que es mi área, el diseño de automóviles.



En nuestros días recorren las calles del planeta más de 600 millones de autos, que cada vez son más complejos, no sólo en su tecnología, sino en sus materiales, su manufactura, etc. Estos autos, con motores de combustión interna, tienen una eficiencia real increíblemente baja. Me explico: los motores más eficientes logran transformar sólo alrededor del 40% (hay algunos que sólo logran el 10%) de la energía que proporciona la gasolina en movimiento, el restante 60% se pierde en forma de calor por la combustión misma y por tantas piezas móviles que generan gran fricción. De ese 40% se utiliza la gran mayoría para mover al automóvil mismo que promedio pesa mas de 1000 kilogramos y tan sólo una pequeña parte para mover al conductor que es al final el objetivo real y aunque nuestros autos sean de 5 plazas el 85% del tiempo viajamos solos.

El auto, en cuanto lo sacamos de la agencia se devalúa automáticamente por lo menos un 25%, dependiendo de la marca y el modelo. Los autos son capaces de 600 kilómetros de autonomía y velocidades máximas de más de 200 km/h, cuando en una ciudad como la capital de México la velocidad promedio es de 17km/h y el recorrido medio es de poco más de 30 km; y eso es sólo la punta del iceberg. En el documental “Waste = Food”, el bisnieto de Henry Ford confiesa que son necesarias 50,000 libras (25 toneladas) de materia prima para fabricar un auto de 3,000 libras (1.5 toneladas), eso da una eficiencia del 6% en uso de materiales, y ya no hablemos de la energía usada en los procesos.

Así que tenemos una eficiencia en el uso bajísima, un aprovechamiento de materia, tanto en el uso como en la manufactura, también muy baja, pero aun hay más: bajo el modelo actual la producción se concentra en grandes centros de manufactura que provocan que la materia prima y el producto terminado deban ser transportados enormes distancias y que el diseño deba ser hecho bajo las premisas de “one size fits all” (un tamaño para todos). Es decir: fabricar un vehículo que pueda servir para muchas personas diferentes, en diferentes partes del planeta y que conlleva normalmente a un inadecuado producto para el consumidor y, sobre todo, sobredimensionado, además de un costo ambiental, económico y social en los lugares de producción, ya que el beneficio real queda en las grandes corporaciones, no en la comunidad donde esta se realiza.

Por ultimo hay dos factores que me aterrorizan: la absoluta e incomprensible (hasta hace poco) necesidad de crecimiento perenne en las ventas y la frenética carrera que hay en el mundo de perseguir el efímero sueño del consumismo occidental de tener una super casa y cada miembro de la familia un auto, que mientras mas grande y lujoso mejor y no sólo, sino cambiarlo por uno mejor lo más seguido posible (también conocido como obsolescencia planeada y percibida).


Ya estamos consumiendo los recursos del planeta más rápido de lo que los puede regenerar y aun así estamos en la necedad de buscar consumir más, cada vez más rápido. La cerecita del pastel: aproximadamente el 85% de los materiales usados en la fabricación de automóviles se pueden reciclar, pero al parecer efectivamente sólo un 5% se recupera, esto debido a que en el diseño del producto, la manufactura y el modelo de negocio esto no está considerado.



Deforestación en Borneo (750,000 km2 1.5 veces España)

Como pueden imaginar, la solución no es fabricar coches eléctricos o híbridos, es una falacia pensar que con sólo cambiar el tipo de motor mejorará la situación, podrá probablemente disminuir la emisión de CO2 (lejos de ser verdad si generamos nuestra electricidad quemando carbón o gas); pero continuar con el negocio de la manera tradicional (business as usual) no evitará el problema de fondo. Se requiere algo más: una solución que comprenda la administración de recursos, el diseño del producto en base a un modelo de negocios que de manera integral proporcionen alternativas para la explotación de recursos y el desarrollo local, y hacerlo bajo las reglas con las que operan los ecosistemas que mantienen a los humanos y a todas las otras especies.

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